Portada revelada: Silence (Becca Fitzpatrick)

Por fin llego el día. Ha sido develada la portada de Silence, el cierre de la trilogía de Becca Fitzpatrick, Hush, hush. Personalmente creo que es una portada bellísima, y esta vez James Porto se supero a sí mismo, debido a que después de haber visto la portada de Crescendo me decepcioné un poco (no me malentiendan, es una portada preciosa pero ni se le acerca a la del primer libro.)

La fotografía en blanco y negro de un hombre en jeans, sin camiseta y con alas, cayendo dramáticamente por el cielo fue tan espectacular, tan impresionante, que estoy segura que a más de uno convenció de leer el primer libro. A mí lo hizo, por lo menos. Con Silence, la estética es la misma que la de los dos libros anteriores, blanco y negro y detalles en rojo, y por primera vez los devotos fans de la trilogía podemos ver a sus dos protagonistas juntos en la portada. Por fin, Nora y Patch, juntos. ¿Pero esto significara algo gratificante, o por el contrario desolador? Dicen que las expresiones corporales demuestran lo que las palabras no pueden decir, y esta foto es tan hermosa como desgarradora. ¿Patch esta salvándola… O condenándola?

Supongo que lo sabremos hasta el cuatro de octubre de este año, cuando Silence finalmente vea la luz del público.

Aquí un pequeño abreboca de Silence, para impacientarnos más hasta que por fin sea estrenado:

Él cerró la distancia entre nosotros, y justo cuando pensé que me atraería hacia él, se detuvo, contendiéndose a sí mismo. Exhalé, intentando no llorar. Inclinó su codo contra el marco de la puerta, justo debajo de mi oído. Olía tan devastadoramente familiar, a jabón y especias, la embriagadora esencia trayendo un montón de recuerdos tan placenteros, que solo hacían que el momento actual fuera mucho más difícil de soportar. El deseo de tocarlo se apoderó de mi. De trazar mis manos sobre su piel, de sentir sus brazos apretarse seguramente alrededor de mi. Quería que acariciara con su boca mi cuello, que su susurro me hiciera cosquillas en los oídos mientras dijera palabras privadas que solo me pertenecían a mí. Lo quería cerca, tan cerca, sin ningún pensamiento de dejarlo ir.

—Esto no se ha terminado —dije—. Después de todo por lo que hemos pasado, no tienes el derecho de alejarme de ti. No te voy a dejar tan fácilmente. —No estaba segura si era una amenaza, mi última tentativa de desafío, o palabras irracionales habladas directamente desde  mi astillado corazón.

—Quiero protegerte —dijo Patch silenciosamente.

Estaba parado tan cerca. Él era todo fuerza y calor y silencioso poder. No podía escapar de él, ni ahora o nunca. Él siempre estaría ahí, consumiendo todos mis pensamientos, mi corazón encerrado en sus manos; estaba atraída hacia él por fuerzas que no podía controlar, muchos menos escapar.

—Pero no lo hiciste.

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