Ok, ok, imagino que todo el mundo está lejos por las fiestas —o al menos, eso quiero creer— y por lo mismo no han podido venir a desear FELIZ NAVIDAD al blog. Así que hago esta entrada (o esta serie de entradas) más bien por dos razones:
1 - Necesito terminar mi desafío de colores, mismo que ya terminé de leer, pero no de reseñar.
2 - Me gustaría que las reseñas queden para comentarlas después. A veces me sorprendo viendo la gran cantidad de mensajes que llegan a entradas anteriores.
¿Y de qué libro voy a hablar esta vez? De uno que tuve la suerte de atrapar en físico (parece que la era sólo crepúsculo está terminando): Everyone Worth Knowing, cuyo título en español es:
¿Te imaginas qué harías si un día te despertaras y te dieras cuenta de que NO estás satisfecha con tu trabajo? ¿No? Yo tampoco. No creo que el chick-lit sea mi género favorito. Para ser exactos, prácticamente es lo primero que leo. Pero la sinopsis parecía infinitamente mejor que todas las de chica conoce a chico e inserte situación sobrenatural aquí, así que me lo traje a casa. Como soy estudiante todavía, no tendría idea de qué hacer en esa situación, pero al parecer Bettina Robinson (Bette, para los amigos) de Manhattan, sí. Porque ella no vacila en renunciar a su empleo.
No, la vida de Bette Robinson no era del todo mala. Veintiséis años, un buen apartamento en Manhattan y, en breve, posible asociada en el banco de inversiones donde trabaja con su mejor amiga. Por eso, cuando decide dejar su trabajo como la chica impulsiva que nunca ha sido, no tiene ni idea de qué hará después. Durante meses su única ocupación es pasear a su perro por Murray Hill, un barrio que no se caracteriza precisamente por su glamour. Y en esas estaba cuando conoció a Kelly, directora de una famosa agencia de relaciones públicas, para la que ahora trabaja. Nada complicado, esencialmente ver y dejarse ver en todas las salas VIP de los clubes nocturnos más exclusivos de la ciudad. Lo único que ha necesitado es evitar la cara de pasmada que se le ponía al ver rostros famosos, Amercian Express negras, botellas mágnum de champán Cristal, o paparazzis.No, la vida de Bette Robinson tampoco ahora es mala. Pero todo, es suceptible de empeorar, pues acaba de convertirse en uno de los personajes asiduos de una columna periodística dedicada al famoseo. Y se ha dado cuenta de que la líea entre su vida profesional y su vida privada es... invisible. Y Bette se pregunta si es aquí donde deseaba llegar realmente...
¿Te imaginas qué harías si un día te despertaras y te dieras cuenta de que NO estás satisfecha con tu trabajo? ¿No? Yo tampoco. No creo que el chick-lit sea mi género favorito. Para ser exactos, prácticamente es lo primero que leo. Pero la sinopsis parecía infinitamente mejor que todas las de chica conoce a chico e inserte situación sobrenatural aquí, así que me lo traje a casa. Como soy estudiante todavía, no tendría idea de qué hacer en esa situación, pero al parecer Bettina Robinson (Bette, para los amigos) de Manhattan, sí. Porque ella no vacila en renunciar a su empleo.
¡¿Está loca?! No. ¡¿Qué va a hacer?! Pasear a su perro (que es alérgico a todo) por su vecindario y usar sus ahorros para mantenerse. Claro que esa situación no puede durar mucho, así que su tío intenta presentarle gente y darle opciones para que vuelva a emplearse. Y de esa forma, Bette termina conociendo a Kelly, la jefa de una compañía organizadora de eventos en ascenso y sin más, su vida comienza a llenarse de ocupaciones glamurosas porque ¿Quién no quiere recibir a las hermanas Simpson en la puerta del club más cotizado de Manhattan en la fiesta de aniversario de Playboy? ¿O salir con el fabuloso príncipe inglés que escandaliza a las solteras del país?
La autora de El diablo viste de Prada ha escrito una historia humorística (como todo buen chick-lit) pero con un mensaje serio: no perder tu esencia. Lauren tiene una narración fina, en primera persona pero llena de detalles y descripciones. La historia avanza conforme Bette se sumerge muchísimo más en el mundo de los famosos y ella misma llega a ser un ícono imperdible en las columnas de sociedad. Lamentablemente, cuando su verdadero amor aparece, ella tendrá que hacer una elección: su vida pública o su vida privada.
Pero no es la única.
Algo que me encantó de la novela fueron los personajes. He leído algunas reseñas que señalan a Bette como insulsa, pero yo creo que es más bien lo opuesto a eso. Es dramática, muy romántica (¡por dios, a la mujer le gustan las novelas rosas!) y muy disciplinada. Aunque está un poco perdida respecto a su vocación y tiene muchas inseguridades, como cualquier persona. La gente que gira en torno a la protagonista es de lo más divertida y con personalidades muy diferentes. Kelly es estresante, Abby chillona, Elisa reencorosa y los padres de Bette están un poco chiflados.
Philip y Sammy, los intereses amorosos de la protagonista, son presentados de forma muy discreta en un principio, pero la historia de ambos va ganando fuerza.
Sin divagar mucho: diré que el libro es ampliamente recomendable.
9/10
¡Felices fiestas!
Me llama, El diablo viste de Prada, me gustó mucho, pero lo malo es que no creo que consiga el libro por aquí.
ResponderEliminarEl genero chick-lit me encanta, esta bueno para variar un poco.
Besos!!
Justo acabo de ver la película de El Diablo viste de Prada, Melisa, y me encantó. La historia de Bette y la de Andy son ligeramente parecidas.
ResponderEliminar-Rocío
tiene muy buena pinta el libro!
ResponderEliminarbesitos!